Hoy se fue. Hoy tenía su cita inevitable con el Señor. Esa cita que todos tenemos agendada, aunque no sabemos a bien cuando se llegará. Conociendo a José, es muy probable que él conociera perfectamente el día y la hora de esa cita. Hasta es probable que se haya preparado con té y bocadillos para llevar a tan importante encuentro.
Yo sin embargo, no estaba preparado para la despedida... La noticia me llegó como llegan siempre las malas nuevas en esta vida (ojalá que en la otra vida las noticias malas lleguen de otra forma, algo un poco mas original al menos), simplemente de golpe y porrazo. Y una vez más en este momento de mi vida, al escuchar las mismas palabras de siempre que solo sirven para anunciar la partida de alguien conocido, y con un poco de suerte tal vez hasta querido, el mundo perdió todos sus maravillosos dones y atributos y solo me quedaron unos minutos de soledad.
Soledades que se convirtieron casi inmediatamente en sentimientos al recordar todas las veces que te leí y creí leerte mal y por lo cual me obligué gustoso a volver a leerte para entenderte, pero sobretodo recordaré, todas aquellas ocasiones en que te leí bien y tus palabras fueron la definición exacta de mi mundo, mis sentimientos y mi filosofía en la vida.
Ojalá tu entrevista con Dios se lleve por buen camino y no le exasperes demasiado. Ojalá le agrades ya en persona y te conceda la elección del lugar donde descansará tu alma. Si esto se te concede, entonces en algún lugar y momento nos volveremos a encontrar (si es que no me castigan y me envían a mi al cielo), tu para dar tus frutos de palabras y yo para tomarlas y hacer jugo de ellas.
Descansa en paz José Saramago, tus apóstoles cuidaremos tu legado.
Pd. "Definitivamente, hoy el mundo ha quedado todavía más burro y más ciego..."
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