"No hay mal que dure cien años..."
Ésta fue la frase que mantuvo atada con un hilo de seda mi cordura a este mundo en el año que ya se fue. Y es que el guión de mi vida durante el 2010 parece haber sido escrito durante una de las peores sobredosis de Quentin Tarantino. Ya saben como son sus filmes: los dos primeros minutos son de total calma, serenidad y hasta escenas apacibles y antes de que pasen cinco minutos y te encuentres tranquilo en tu asiento las escenas ya son oscuras, hay alcohol y drogas, peleas, gritos y muertes por doquier.
No soy un llorón, no me gustan las quejas ni los lamentos pero sin duda el año pasado fue difícil para todos. Hubo grandes pérdidas: seres queridos que se fueron, relaciones que terminaron, ilusiones rotas, peleas absurdas, amistades que se alejaron, negocios que no prosperaron, dinero que se esfumó, bienes que se perdieron, enfermedades que nos martirizaron... Y todo esto sin contar el sinnúmero de calamidades y atrocidades que nos rodearon día con día debido a la extraña naturaleza del clima y a la situación de crisis extrema que vive la sociedad de nuestro país.
Sí, el año pasado fue mi Pacquiao. Me golpeó desde el inicio, sin darme tregua desde el primer minuto, buscó desgarrarme, dejarme fuera de combate. Me tenía bien estudiado. Sabía exactamente en que lugar, en qué momento y en que punto de la pelea debía golpear. No habían pasado ni 4 rounds y a mi ya me había partido la madre. Y el resto del año fue dejarme medio vivo, tenía la falsa idea de que podía recuperarme y de vez en cuando tiraba uno o dos golpes que me devolvían a la lona. Al fin y al cabo ya tenía la pelea ganada.
Al final no hubo sorpresas. Acepto que no estaba preparado para todo lo que me esperaba el año pasado y solo fui un retador más. Si algo puedo rescatar de todo esto son dos cosas: aprendí mucho sobre mi y la gente a mi alrededor y que jamás debo dejar de prepararme en todo sentido.
En algún momento de mi vida sé que volveré a enfrentar al campeón y en esa ocasión todo será muy diferente. Juro que estaré preparado.
Mientras tanto, espero que al igual que yo, todos hayan sobrevivido y estén en proceso de recuperación de sus heridas físicas, sentimentales, morales y mentales, que les haya dejado el año recién terminado.
Hoy mas que nunca estoy feliz de poder escribir: Adiós 2010 y no vuelvas nunca!
Monster
1 comentarios:
bueno aqui no veo opcion de me gusta.... pero me gusta
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